domingo, 13 de noviembre de 2011

Muerte de un torero


Muerte de un torero

Era una tarde clara de otoño
en una fachada del pueblo
un cartel que reza
Pozoblanco día 26 de septiembre de 1984
gran acontecimiento taurino
6 bravos toros 6
lidiarán los diestros
Francisco Rivera Paquirri
José Cubero "el Yiyo"
Vicente Rúiz "el Soro".
La hora se está acercando
el traje luces negro y oro
le están abrochando,
al cristo clavado
le está rezando.
Son las 6 de la tarde
ya están en la plaza
timbales y clarines
al paseillo llaman
con paso firme
los toreros avanzan.
El primer toro
al ruedo salta
le recibe con fuerza
patea, busca
cuerpo y capa,
el torero puede
y al toro mata.
Y es en el cuarto
en la suerte de varas
cuando avispado
presenta batalla,
al hacer el quite
su cuerpo destapa
la pierna derecha
el asta machaca,
cornada de muerte
se oye en la plaza.
Valiente torero
ni se dobla, ni amedranta
que a los pies de la muerte
está pidiendo calma,
pero ese cuerpo
indomable, fuerte
la muerte a la vida
se abraza.
Aunque el torero lucha
la guadaña de encima
no puede apartársela,
el aire ya le falta
un nudo se le hace en la garganta
Francisco Rivera Paquirri
se desangra.
A Sevilla le llevan
para darle tierra
el toro le dio muerte
los toros le dieron fama,
Andalucía le llora
y España le aclama.
Hoy las campanas de Sevilla
están doblando
la muerte de un torero
que la vuelta a la Maestranza
le están dando.
Llegamos al camposanto,
con el último responso
el ataud están bajando.
Tierra y flores
le están echando
y con el último responso
el último adiós le damos
al torero de Barbate
Francisco Rivera Paquirri
que en paz descanse.

domingo, 2 de octubre de 2011

El borrachín


El borrachín

Vieja y ruinosa está la iglesia
por el paso del tiempo
cansada de cumplir años
el sol se refleja en su reloj
fondeado de blanco
parado sabe Dios cuando.
Las campanas de bronce
a duelo están tocando
a muerto la mujer del tabernero
llora y se queja
la taberna está cerrando.
Serena quedó la noche
a ella visten de blanco
y el tabernero una camisa negra
está buscando.
Gran contraste entre lo negro y lo blanco
gran abismo entre lo vivo y lo muerto,
el cielo se está nublando
a la infértil tierra
el ataúd están bajando.
Solo quedó el tabernero
su hastiada silueta gris
en el suelo se va dibujando
mañana abrirá la taberna
y yo me seguiré emborrachando.



El viejo maestro


El viejo maestro

Qué triste quedó la escuela
tan callada, tan serena
sus cristales perplejos
y transparentes
van envolviendo mi mente.
Mi mesa, los libros,
la pizarra, sus pupitres,
el suelo de madera
con manchas de tinta
de esos tinteros viejos,
colgado en la pared
el arrugado mapa.
Mis alumnos,
los árboles de ciruelos
y almendros casi repletos.
Hoy no ladró el perro
y se calló el viejo
no se atrevió a abrir la boca
aquel sagaz caballero.
Qué turbios están mis ojos
no río, no lloro
una pequeña lagrima, me salta
qué lejos está la montaña.
Ya río, ya canto
qué tonto, qué espero
que pase el tiempo
volver abrir la escuela,
que pase pronto el verano
que llegue pronto el invierno,
darle cultura a mi pueblo.

Así es mi pueblo


Así es mi pueblo

Cuando vienen las brisas otoñales
y los árboles se quedan desnudos
la escarcha abraza el suelo
como el fino hilo al terciopelo.
Y la vieja chismosa
como todos los días
calentándose al brasero.
El señor de levita
bastón y chistera,
el muchacho de ojos tristes
por todos olvidados.
El cura del pueblo
a Dios por el alma
del muerto pidiendo
las mujeres entre sollozos
cuchichean mañana es el entierro
así, así es mi pueblo.
El murmullo del agua
se escucha alla a lo lejos
el perro ladra, el niño llora
esperando la sopa en un puchero.
El viejo fuma
mirando al cielo
el gallo canta
está amaneciendo
el labrador se levanta
así, así es mi pueblo.

Pinceladas


Pinceladas

Suena el murmullo del agua
en la fuente de piedra
por las calles tranquilas
de este pueblo de Yebra.
Los hombres meditan y sueñan
que este año sea una buena cosecha,
las mozas en el vestido
que estrenarán en la fiesta,
los mozos en los encierros
y la juerga.
Las mujeres hacen acopio
de suculentas viandas
y sabrosos hornazos
para las meriendas.
Cómo le gusta a un extremeño
este pueblo de Yebra
y la frialdad de la tarde
cae en los campos yermos
sobre la iglesia y sus campanas de bronce
en la plaza de tierra
y los niños que corren.


Escrita cuando la plaza
era más plaza
la nueva era más vieja
y yo era más joven

jueves, 21 de abril de 2011

La cometa


La cometa

Lancé una cometa al viento
en busca de ilusiones nuevas
el viento me vino en contra
y dió con ella en el suelo,
la limpié el polvo
la hice un remiendo
y la lance de nuevo,
mi cometa se fue volando
el hilo se me había roto
pense que a ella nadie la ata,
aunque herida y maltrecha
surcó los cielos.
Por ello no me entristezco
volveré a lanzar
otra cometa al viento.

El sueño



El sueño
No llores sobre mi tumba
que con tus lágrimas
nublas tu belleza,
no me traigas flores
me basta con vuestra presencia
y ese olor a jazmín que sueltas.
No me pongas velas
en este pedazo de tierra
que tus ojos alumbran
sin ser luna llena,
vuestros ojos alumbran
como mil velas.
No pongas retratos
sobre mi lápida
quizás me reencarne
y de aquí salga.
Desperté de mi sueño
besando tus labios
besando tu cuerpo
y es que todavía,
todavía no estoy muerto.

Contrastes


Contrastes
Con lo humano
no va el amo
mas con el pobre
no va el rico,
con el tonto
no va el listo
con el harapiento
no va el elegante.
Sí con la azada
se hace el surco
y con la gente
va la muerte.

Abrázame


Abrázame

Quien no necesita un abrazo
después de un desengaño,
quién no necesita un beso
en esos duros momentos,
quién no necesita una sonrisa
ante tanta desidia,
quién no necesita un halago
después de ese mal trago,
quién no necesita que le acaricien
en los momentos difíciles.
Dime, quién no necesita
que le estimulen
con algún gesto
para seguir amando
para seguir viviendo.

El paso de la vida


El paso de la vida

Jugábamos como chiquillos
lanzando al viento
aquella cometa blanca
un dibujo con nuestros nombres
y el juego de las mil palabras.
Miraba yo tus ojos
como al lucero del alba
escuchando vuestra risa, salir
de lo más profundo de tu garganta,
besando tus labios, tu cuerpo
ya sabes pecadillos del alma.
Chiquillos que ven el mar
y la ola que salta,
pero el tiempo pasa
nos vamos poniendo tristes, viejos
se nos va yendo la gracia.
Vuestra risa,
se transforma en un lamento
y tus ojos,
en un manojo de lágrimas
y esos chiquillos de juegos
se les va arrugando la piel
como surcos en la montaña.
El atardecer es fresco
caminan despacio
y casi de nada hablan,
cogidos de la mano
viendo como la vida pasa.
En la noche se abrazan
acariciándose sus cabelleras blancas
preludio de aquella cometa
que al viento lanzaban,
¿recuerdas amor mío
aquellas tardes tan mágicas?
Nos damos un beso en silencio
esperando que amanezca
para contemplar de nuevo
la luz del alba.

Hipocresía


Hipocresía

Hoy la noche está triste
no pasea por las calles
no ocupa su esquina
María,
esperando a ese cliente
desahogue sus placeres sexuales
en una habitación de cama ruidosa
y sabanas ennegrecidas.
Al amanecer
cuando las luces
de neón se van apagando
en un banco del parque
con una jeringuilla
en su brazo prendida
se le escapa la vida
a María.
Y mañana en la noche
deambulará por las calles
ocupando su esquina
otra mujer con su historia
con distinto nombre
ó quizás también llamada
María
con un bolso, barato, vacío,
que el mundo llenará de hipocresía.
Mas yo me voy
con ese sabor amargo de melancolía
no queriendo ver reflejada en ella
la sombra de María.

Al sentirme solo


Al sentirme solo

El manto de la noche
el pueblo envuelve
las calles vacías
el farol enfrente,
las campanadas
anuncian las tres
y entre llantos y quejidos
un niño acaba de nacer.
La tiesa vela,
alumbrando al techo
el cuerpo rígido
los nervios tensos
esta casona en ruinas
y el crujir del suelo seco
mas el frío me penetra
hasta los huesos.
En un rincón del armario
la vieja carta de amor
aquella carta olvidada
cubierta de polvo
por el paso de los años.
¿Quién fue su destinatario?
¿Quién con cuanto amor la escribió?
Qué día tan amargo
ese amor que murió.
Líneas y líneas
se agolpan en el papel
palabras, solo palabras
en ella se leen,
palabras que dicen un nombre
una, otra vez, más otra.
Bellas cosas dijisteis
escritas se quedarán
perderte fue tan triste
la casa que sola está.
La silla de mimbre
coja, hundida,
la mecedora enfrente
desgastada, silenciosa,
el retrato de los abuelos
colgado al fondo de la sala.
La mesa, un vaso vacío,
una botella en medio
yo en una esquina
al lado mis recuerdos.

Mujer altiva


Mujer altiva
Tú te crees mujer
que lo tienes todo
pero serás ceniza
serás abono.
Belleza, esplendor
afloran por los poros de tu piel,
te consideras fuerte,
orgullosa, superior
y no piensas que padeces
dime mujer que sientes.
Quiero oírtelo decir
de vuestros labios impuros
que han malgastado tu lenguaje
sin darte cuenta del paso de los años.
Pero el tiempo pasa
te sentirás pequeña, hundida
te mirarás al espejo
y verás las arrugas en tu rostro
luego dime mujer si no padeces
¿Dónde estará tu orgullo
vuestros delirios de grandeza?
Arrastradas por las calles
sin notar tu ausencia.
Torbellinos de viento
que caen como fuego
entre mis sienes
lluvia abrasadora
que me ciega,
sin apenas verte
dime mujer,
dime mujer que sientes.

Lo que nos queda por vivir


Lo que nos queda por vivir

A estos hombres y mujeres
que viajan en esos trenes
repletos de vida
e historias inconfesables
de estas puertas
que se cierran y se nos abren.
Seres apegados
a ese móvil reducido
tecnología de la ciencia
que alguna vez
quisisteis dejar en el olvido
desengaño de un amor en primavera
que se corta como una flor
por unas manos quinceañeras.
que algún día serán madres
de generaciones venideras.

A oscuras consigo misma


A oscuras consigo misma

Todas las mañanas
te encuentro sentada
en el mismo banco
ocultando tus ojos
tras esas gafas oscuras,
en esta estación
de aspecto olvidado.
Al llegar el tren
sacas del bolso
ese bastón blanco y plegable,
yo me acerco hacia ti
y te ofrezco mi brazo
te ayudo a subir
a ese vagón vacío de espacios.
Tres paradas
nos unen por unos instantes
tres paradas
como un fino hilo de alambre.
Llegará el invierno
y no quisiera ofrecerte mi brazo
sino todo mi ser
que siempre guíe tus pasos
yo seré vuestra luz
aunque a ti te falte.
Hasta mañana Irma.

Miserias del mundo



Miserias del mundo

Está el viejo
sentado en una esquina
pidiendo una limosna
y algunos dicen - no le des
que luego se lo gasta
en vino y en tabaco.
Mas no saben ellos muy bien
que con dos miseras monedas
poco se puede hacer.
Una mujer con su hijo
en brazos va llorando
porque no tiene un trozo de pan
y menos un cacho carne
para quitarle el hambre.
¿Entonces tú de que te quejas?
Si trabajas, comes
bebes, te diviertes,
te pasas la vida entre mujeres.
Pero ahí tienes a ese viejo
a esa madre y a su hijo
que van desamparados por el mundo
sin encontrar un cobijo
que los proteja
del calor o del frío.


En el mundo,
algunos comerán con desgana
y muchos no comen teniendo ganas.

Así es la vida,
muchos pasando hambre
y otros con tanta comida.

Sentimientos


Sentimientos

Sentir tus lindos ojos
sentir tus dulces labios
por acariciados besos.
Sentir tus cabellos dorados
entre enredados lienzos
mirarte despacio
siempre a ti queriendo.
Sentir tu linda cara
suave y fresca
como el viento.
Sentir tu feliz sonrisa
reflejada en el riachuelo,
escuchar tu voz
como el alegre canto
del pajarillo suelto.
Sentir tus manos
sobre mi pecho
escuchar los latidos
de ese corazón inmenso.
Sentir tu cuerpo
junto a mi cuerpo
acurrucarte fuerte
cuando es invierno.
Escuchar las olas del mar
zozobrando los barcos quietos.
Sentir tu llanto lejano
por no estar a mi lado
escribir sobre el papel
lo que yo te amo.