domingo, 2 de octubre de 2011

El borrachín


El borrachín

Vieja y ruinosa está la iglesia
por el paso del tiempo
cansada de cumplir años
el sol se refleja en su reloj
fondeado de blanco
parado sabe Dios cuando.
Las campanas de bronce
a duelo están tocando
a muerto la mujer del tabernero
llora y se queja
la taberna está cerrando.
Serena quedó la noche
a ella visten de blanco
y el tabernero una camisa negra
está buscando.
Gran contraste entre lo negro y lo blanco
gran abismo entre lo vivo y lo muerto,
el cielo se está nublando
a la infértil tierra
el ataúd están bajando.
Solo quedó el tabernero
su hastiada silueta gris
en el suelo se va dibujando
mañana abrirá la taberna
y yo me seguiré emborrachando.



El viejo maestro


El viejo maestro

Qué triste quedó la escuela
tan callada, tan serena
sus cristales perplejos
y transparentes
van envolviendo mi mente.
Mi mesa, los libros,
la pizarra, sus pupitres,
el suelo de madera
con manchas de tinta
de esos tinteros viejos,
colgado en la pared
el arrugado mapa.
Mis alumnos,
los árboles de ciruelos
y almendros casi repletos.
Hoy no ladró el perro
y se calló el viejo
no se atrevió a abrir la boca
aquel sagaz caballero.
Qué turbios están mis ojos
no río, no lloro
una pequeña lagrima, me salta
qué lejos está la montaña.
Ya río, ya canto
qué tonto, qué espero
que pase el tiempo
volver abrir la escuela,
que pase pronto el verano
que llegue pronto el invierno,
darle cultura a mi pueblo.

Así es mi pueblo


Así es mi pueblo

Cuando vienen las brisas otoñales
y los árboles se quedan desnudos
la escarcha abraza el suelo
como el fino hilo al terciopelo.
Y la vieja chismosa
como todos los días
calentándose al brasero.
El señor de levita
bastón y chistera,
el muchacho de ojos tristes
por todos olvidados.
El cura del pueblo
a Dios por el alma
del muerto pidiendo
las mujeres entre sollozos
cuchichean mañana es el entierro
así, así es mi pueblo.
El murmullo del agua
se escucha alla a lo lejos
el perro ladra, el niño llora
esperando la sopa en un puchero.
El viejo fuma
mirando al cielo
el gallo canta
está amaneciendo
el labrador se levanta
así, así es mi pueblo.

Pinceladas


Pinceladas

Suena el murmullo del agua
en la fuente de piedra
por las calles tranquilas
de este pueblo de Yebra.
Los hombres meditan y sueñan
que este año sea una buena cosecha,
las mozas en el vestido
que estrenarán en la fiesta,
los mozos en los encierros
y la juerga.
Las mujeres hacen acopio
de suculentas viandas
y sabrosos hornazos
para las meriendas.
Cómo le gusta a un extremeño
este pueblo de Yebra
y la frialdad de la tarde
cae en los campos yermos
sobre la iglesia y sus campanas de bronce
en la plaza de tierra
y los niños que corren.


Escrita cuando la plaza
era más plaza
la nueva era más vieja
y yo era más joven