domingo, 20 de enero de 2013

Sin techo

 

Sin techo
 
Hoy quiero alzar mi canto
a aquellos que duermen
en ese metro lleno de sobresaltos
pegados al frío suelo
de escarcha y barro.
El niño que busca esos pechos
esperando encontrar leche materna
y no sacar nada
la sangre a su madre se le helaba.
Diablos,
qué triste es mi canto,
en este Madrid de crudo invierno
las noticias están dando
que han muerto ocho mendigos
y otros tantos están agonizando.
En esta ciudad de hormigón
buscan cobijo
encogidos en el asfalto
más de mil almas
en el llamado tercer mundo
se fabrican más de diez mil cadáveres diarios
muertos, muertos que están hablando.
Diablos,
qué triste es mi canto.
Más si no nos solidarizamos.