jueves, 21 de abril de 2011

Miserias del mundo



Miserias del mundo

Está el viejo
sentado en una esquina
pidiendo una limosna
y algunos dicen - no le des
que luego se lo gasta
en vino y en tabaco.
Mas no saben ellos muy bien
que con dos miseras monedas
poco se puede hacer.
Una mujer con su hijo
en brazos va llorando
porque no tiene un trozo de pan
y menos un cacho carne
para quitarle el hambre.
¿Entonces tú de que te quejas?
Si trabajas, comes
bebes, te diviertes,
te pasas la vida entre mujeres.
Pero ahí tienes a ese viejo
a esa madre y a su hijo
que van desamparados por el mundo
sin encontrar un cobijo
que los proteja
del calor o del frío.


En el mundo,
algunos comerán con desgana
y muchos no comen teniendo ganas.

Así es la vida,
muchos pasando hambre
y otros con tanta comida.

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