sábado, 9 de septiembre de 2017

Quisiste ser princesa


Quisiste ser princesa

En la austeridad de tu alcoba
te pasas las tardes sentada
tras los visillos de la ventana,
inmóvil como si el tiempo
y el mundo se hubieran parado,
petrificada, si no fuera
por ese singular movimiento de tus ojos.
Han caído sobre vuestro cuerpo
el paso de los años
y te has ido quedando sola,
tristemente sola.
En el silencio de la estancia
colgado en la pared,
te observa,
el viejo reloj de madera
con ese tic, tac mortecino
que te marca las horas.
Cruzo frente a tu casa
 recordando tiempos pasados
de fiestas y alegrías,
donde en la calle de tierra
los niños y niñas
jugaban a las cuatro esquinas.
Quisiste ser princesa
y te has quedado en esa
se fueron disipando
la grandeza de tus sueños
mujer, de veras
de veras que lo siento.

Mas ya es tarde
no sirven los lamentos
mañana en el horizonte
contemplaremos el amanecer
de un nuevo día.
Tú ya sin sueños
y quién sabe, si yo con los míos.

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